No consigo que mis hijos me hagan caso
Cuántas veces habremos escuchado la frase de “los hijos no vienen con un manual de instrucciones” y es cierto que muchos desearíamos que esto fuese así. Y es que muchos de los problemas que surgen durante el desarrollo de los hijos pueden bloquearnos a la hora de solventarlos.
Lo que siempre debemos tener en cuenta es que los problemas con los hijos no son el resultado de “malos padres” ni de “malos hijos”. En la gran mayoría de los casos son el resultado de un enfoque inadecuado en el que juega un papel muy importante la individualidad de cada niño.
Habilidades de comunicación en familia
Las habilidades de comunicación en familia juegan un papel muy importante. Como referencia para mejorar estas habilidades podemos seguir tres pasos:
1. Operativizar el lenguaje.
Para usar el lenguaje de forma operativa, este tiene que basarse en descripciones observables y cuantificables. Muchas veces tendemos al siempre o al nunca, pero al polarizar el lenguaje podemos conseguir efectos totalmente contrarios. La información que expresemos a nuestros hijos también tiene que ser congruente y basada en la comunicación verbal y no verbal. Además, es útil hacer énfasis en la información positiva. Vamos a ejemplificar todo esto:
Tu hijo/a no ha hecho la cama y se ha puesto directamente a jugar en el salón.
Es normal que tendamos a decir cosas como “estoy harto/a nunca haces la cama” “eres un/a vago/a”. Pero poniendo en práctica las indicaciones anteriores podríamos probar y decir “qué bien que estés jugando y pasándotelo bien, pero como hemos hablado en muchas ocasiones tu responsabilidad es hacer la cama y no está hecha. ¿Por qué no vas a hacerla y en cuanto acabes vuelves a jugar?”.
De esta manera, comunicamos de forma asertiva, especificando la tarea que el niño/a tiene que realizar sin juzgar ni poner etiquetas que puedan hacer que el niño/a se sienta inútil.
2. Utilizar habilidades conversacionales:
Las habilidades conversacionales pueden dividirse en conducta verbal y no verbal.
La conducta verbal tiene que estar dirigida por la escucha activa (en la que haces preguntas, demuestras interés, aclaras información), llevar la conversación de forma ordenada (a la hora de cambiar de tema, tomar la palabra y pasarla) y cerrar la conversación.
Por otro lado, la conducta no verbal la controlamos con los gestos, postura, mirada, expresión facial, contacto físico, volumen de voz, etc. Hay que tener en cuenta que el lenguaje verbal y el no verbal tienen que ser congruentes para no confundir al niño/a.
3. Utilizar habilidades de expresión:
Tenemos que expresar las emociones tanto positivas como negativas a nuestros hijos. Es conveniente, comenzar las correcciones mencionando aspectos positivos de la conducta de nuestros hijos y también manifestando emociones del agrado del otro.
Sin embargo, tenemos que enunciar las críticas y sentimientos negativos adecuadamente de esta forma:
-Especificando cuál ha sido la conducta que ha motivado los sentimientos negativos.
-Expresando y admitiendo los sentimientos propios.
-Haciendo una petición al otro de mejora de situación y sentimientos.
-Reforzando la escucha de la petición en la otra persona.
¿Cómo manejamos la conducta?
Cuando hablamos de conducta y de corrección lo primero que se nos viene a la mente es la palabra castigo. Sin embargo, el refuerzo es muy importante para poder cambiar la conducta. Tanto los castigos como los refuerzos pueden ser positivos o negativos.
Refuerzos positivos y negativos
Un reforzador es una consecuencia positiva o premio. Este reforzador, hará que el comportamiento sea más probable en un futuro. Los reforzadores pueden ser:
-Reforzador positivo: cuando detrás de la conducta se añade algo positivo para el/la niño/a:
o Darle un caramelo a tu hijo/a después de que realice la tarea.
Los reforzadores positivos pueden ser: comestibles (dulces, chocolate, comida favorita…), tangibles (juguetes, cromos…), intercambiables (fichas o puntos por los que se cambian los demás reforzadores), de actividad (cualquier actividad que le guste hacer al niño/a) y sociales (atención, sonrisa…).
-Reforzador negativo: cuando detrás de la conducta se elimina algo aversivo para el/la niño/a:
o Decirle tu hijo/a que si se come dos cucharadas más no tiene que acabarse el plato.
Castigos positivos y negativos
Un castigo es una consecuencia aversiva. El castigo hará que el comportamiento sea menos probable en un futuro. Pueden ser de dos tipos:
-Castigo positivo: cuando detrás de una conducta se añade algo aversivo para el/la niño/a:
o Mandar a tu hijo/a a hacer la tarea tras una mala conducta.
-Castigo negativo: cuando detrás de una conducta se elimina algo positivo para el/la niño/a:
o Decirle a tu hijo/a que no puede ver los dibujos animados tras haberse portado mal.
No debemos utilizar el castigo si no es estrictamente necesario. Es mucho mejor utilizar otros procedimientos que no sean aversivos. Si necesitamos reducir o eliminar una conducta, casi seguro que tendremos que utilizar el castigo, pero esto solo enseña al niño/a lo que no tiene que hacer. Por tanto, es adecuado enseñar y reforzar al niño conductas alternativas a la que queremos eliminar.
Nunca debe utilizarse el castigo físico. Es el tipo de castigo que más reacciones emocionales negativas provoca y no estaríamos siendo un buen modelo para nuestros hijos.
¿Cómo deben ser las órdenes?
-Claras, específicas y comprensibles según la edad.
-Cortas, coherentes y firmes.
-Hay que describir de forma clara las consecuencias de su cumplimiento e incumplimiento.
-Deben ser para todos los niños/as de la familia y para siempre.
-No deben entrar en contradicción con otras.
-Deben ser de número reducido y suficientemente espaciadas.
Para esto, es muy útil hacer un calendario con las tareas que debe realizar cada niño/a de la casa, y plantearlo como un juego, en el que irán ganando premios si realizan las tareas propuestas, siempre escuchando las necesidades de los/as niños/as.
Si sientes que necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros/as al 918261784 y en el WhatsApp 627983123
Desde la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción de España estamos encantados de ayudarte.