La alimentación en la adolescencia puede ser un desafío para muchas familias. En este artículo, exploramos las razones detrás de frases como “mi hija adolescente no me come nada” y ofrecemos consejos prácticos para entender y abordar esta situación. Escrito por nuestros expertos de ANPSA, te ayudará a fomentar hábitos alimenticios saludables y una mejor comunicación con tu hija.
Miles de personas comienzan una dieta para restringir su alimentación y perder peso
Y así buscar el “ideal de belleza” o la cima de la perfección de su físico. Es un comportamiento que tenemos interiorizado como “normal” y que muchas personas llevan a cabo. Por este motivo, en ocasiones, es difícil poder identificar cuándo una persona está cruzando esa pequeña línea y está empezando a tener problemas alimenticios o simplemente quiere mantener una alimentación saludable que le permita mantenerse en un peso sano.
Por otra parte, podemos considerar que la adolescencia es un período en el que existe una mayor presión por “ser perfectos y gustar a los demás”. Se encuentran a medio camino entre ser niños y querer ser adultos. También es una época que conlleva varios cambios asociados, como la transformación del cuerpo, búsqueda de la independencia personal, aparición del deseo sexual, egocentrismo, sentimientos de incomprensión…etc. Por todo ello, podríamos decir que la adolescencia es una etapa especialmente vulnerable para poder “cruzar la línea” y tener un problema alimenticio.
¿Cómo identificarlo?
¿Cómo puedo saber si mi hijo/a quiere mantener una alimentación saludable o está empezando a tener un problema con la comida? ¿Come poco o es lo correcto para su edad? ¿En qué cosas debo poner más atención?
Estas serían algunas de las preguntas más comunes que pueden llegar a hacerse los padres de un adolescente. Para poder resolverlas, vamos a dar varias claves para poder identificar si tu hija/o está empezando a tener problemas alimenticios.
-Dedica mucho tiempo en leer sobre recetas o libros de cocina.
-Repentinamente habla sobre querer convertirse en vegano/a.
-Programa, decide e incluso llega a realizar la compra de la familia.
-Cocina “comidas especiales”.
-Exige comer sólo alimentos bajos en calorías, excluyendo cualquier otro.
-Realiza una excesiva ingesta de líquidos o una reducción total de los mismos.
– No puede tolerar acontecimientos inesperados que impliquen comida.
-Hace ejercicio de manera excesiva.
-Actitud perfeccionista en diferentes áreas de su vida diaria.
-Aislamiento de amistades y familia.
-Empieza a desarrollar rutinas muy rígidas (horarios, planes…)
-Empieza a vestir ropa ancha para disimular su delgadez.
-Dificultades para conciliar el sueño o cambio de horarios.
-Emplean excusas: “he comido algo al salir de clase”, “hemos cenado en casa de una amiga”, “me duele el estómago”, “hoy no he ido bien al baño, no tengo hambre”.
Como conclusión
El principal objetivo del presente artículo es aportar unas claves sencillas, pero bastante necesarias para poder aprender a detectar estos signos de alerta que nos dan los adolescentes. Con ello, pretendemos poder detectar el problema a tiempo y así buscar la recuperación de aquellas personas que se encuentran inmersa en esta problemática. Si detectas alguno de estos síntomas y crees que tu o alguien de tu entorno necesitáis ayuda, podéis contactar con la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción.