Escrito por nuestra psicóloga Natalia Vergara, ofrece una guía para enfrentar el duelo tras la pérdida de un ser querido. Estas fechas pueden reavivar el dolor y la nostalgia, por lo que Natalia comparte estrategias prácticas y consejos para sobrellevar estas ocasiones y recordar con serenidad.
El fallecimiento de un ser querido supone un proceso muy doloroso y personal.
El fallecimiento de un ser querido supone un proceso muy doloroso y personal. Sin embargo, determinadas fechas conmemorativas, como su cumpleaños, Navidad o Reyes, pueden desencadenar una montaña rusa emocional, especialmente para quienes han perdido a un ser querido recientemente o sienten que aún no han procesado completamente su pérdida.
Para muchas personas el Día de Todos los Santos es una fecha cargada de emociones y recuerdos. Aunque se trata de una tradición cristiana, con el tiempo se ha transformado en una jornada que trasciende culturas y en una oportunidad para recordar a nuestros seres queridos. Durante estas celebraciones, la ausencia de la persona fallecida se hace más palpable y puede impactar profundamente en aquellos que están viviendo un duelo. En este artículo, exploraremos algunas herramientas útiles para la gestión emocional en estas fechas.
Es normal que surjan emociones contradictorias, como tristeza por la pérdida, culpa por haber deseado hacer cosas pendientes, o incluso paz al honrar la memoria de quien partió. Comprender que existen diferentes maneras de sobrellevar un duelo es fundamental tanto para quienes lo experimentan como para su entorno.
Cada cultura recuerda a sus fallecidos a su manera.
En la cultura mexicana, por ejemplo, se crean altares con fotos, velas y otros objetos, para preservar vivo su recuerdo. En otras culturas, hay quienes visitan el cementerio y llevan flores o encienden velas en honor de quienes ya no están, mientras que otros simplemente dedican un momento de silencio.
Desde una perspectiva psicológica, los rituales pueden jugar un papel esencial en la gestión del duelo, ya que proporcionan un espacio seguro donde procesar la pérdida y mantener vivo el recuerdo de nuestro ser querido, brindando consuelo y reforzando los lazos con familiares y amigos. Además, de transmitir el mensaje de que “no estamos solos en el dolor” y fomentando una conexión y comprensión mutuas.
Desde una perspectiva psicológica, los rituales pueden jugar un papel esencial en la gestión del duelo, ya que proporcionan un espacio seguro donde procesar la pérdida y mantener vivo el recuerdo de nuestro ser querido, brindando consuelo y reforzando los lazos con familiares y amigos. Además, de transmitir el mensaje de que “no estamos solos en el dolor” y fomentando una conexión y comprensión mutuas.
Algunas herramientas que pueden ayudarnos serían:
- Escribir una carta para nuestro ser querido: algunas personas utilizan la escritura como una forma de expresión emocional. Escribir se ha relacionado con el desahogo de emociones.
- Hacer algún plan que compartían: a menudo, tras una pérdida, muchas personas abandonan actividades que les recuerdan a un ser querido. Sin embargo, retomar esas actividades pueden ayudarnos a mantener vivo el recuerdo. Por ejemplo, si compartían la tradición de tomar churros cada 1 de enero, mantenerla puede honrar su memoria y permitirnos avanzar con nuestra vida.
- Hablar sobre el fallecido: a veces el dolor es tan grande que recordar a la persona puede parecer abrumador. No obstante, normalizar el diálogo sobre el ser querido ayuda a que no se convierta en un tema tabú y que, aunque haya dolor podamos sentir paz al recordarle. Compartir experiencias o anécdotas es reconfortante a la vez que sanador y facilita procesar la pérdida de manera colectiva.
- Dar paso a las emociones sin juzgarlas: todas las emociones son válidas y forman parte del proceso de duelo. Es fundamental permitirnos sentirlas, ya que reprimirlas puede dificultar la recuperación emocional.
La muerte es una realidad que todos enfrentamos tarde o temprano, pero es importante respetar el proceso individual de cada persona. Aunque el duelo es un proceso natural, también es único y diferente para cada uno.
¿Cómo se lo explico a mi hijo/a?
Algunas fechas están llenas de recuerdos y momentos especiales que compartimos en familia. Y cuando un niño ha experimentado la pérdida de un ser querido, estas celebraciones pueden volverse emocionalmente intensas y generar en ellos una mezcla de sentimientos de nostalgia, tristeza y confusión. Los adultos podemos ayudarles a afrontar estas fechas brindándoles el apoyo emocional necesario, validando su dolor y ofreciéndoles herramientas que les ayuden a recordar y, poco a poco, a resignificar estas celebraciones.
- Expresión emocional: a veces, los adultos podemos evitar hablar sobre nuestro ser querido que ha fallecido por el dolor que eso supone, pero es fundamental proporcionarles un espacio seguro donde los niños puedan expresar cómo se sienten, porque necesitan saber que es normal sentirse tristes.
- Crear rituales de recuerdo: como mencionaba antes, escribir una carta, hacer un álbum de fotos o llevar flores al cementerio. Los rituales ayudan a los niños a comprender que aunque físicamente esa persona ya no está, sus recuerdos siguen presentes.
- Incluirlos en las decisiones: preguntarles qué desean hacer en estas fechas puede ayudarles a sentir que tienen un cierto control de su propio duelo. Por ejemplo, si tenían la tradición de hacer galletas en Halloween, se les puede preguntar si quieren hacer lo mismo o adaptar la tradición.
Para los pequeños, una forma de ayudarles a entender el concepto de recuerdo y legado es a través de películas como Coco, que transmite el mensaje de que quienes amamos siempre vivirán en nuestros corazones.
Aunque estas herramientas puedan ser útiles, si el proceso se complica, puede ser beneficioso acudir a un profesional de la salud mental, quien proporcionará un apoyo adecuado y personalizado teniendo en cuenta la edad y características personales de cada uno y acompañándolos en su proceso de duelo.