Aumento de ansiedad en los jóvenes

La adolescencia un período de intenso crecimiento a nivel físico, cognitivo y emocional, donde se producen grandes cambios cerebrales a nivel estructural y funcional. Estos cambios se asocian directamente con algunos de los comportamientos propios de estas edades, que poco a poco definirán la identidad y autonomía de esa persona en evolución. 

Datos pertenecientes a la Organización Mundial de la Salud (OMS) reflejan que entre el 10 y el 20% de los adolescentes del mundo experimenta algún tipo de trastorno mental, siendo la mitad de ellos procesos iniciados a los catorce años o incluso antes. A través de la observación de datos procedentes de diferentes estudios, se consideran los trastornos de ansiedad como las problemáticas psiquiátricas más frecuentes y tempranas en cuanto a su manifestación, llegando a producirse en algunas ocasiones durante la infancia. El motivo principal es la frecuente aparición de fobias tempranas durante esta etapa. Estos cuadros ansiosos iniciados durante la infancia o adolescencia, pueden llegar a solventarse en este período, aunque en general se consideran de curso crónico y persistente evidenciándose a través de datos que sostienen la continuidad de estos trastornos de ansiedad durante etapas posteriores. 

La evidencia científica nos muestra cómo determinados sucesos estresantes, como por ejemplo ser víctima de bullying, la separación de los padres, la pérdida de algún ser querido, estar expuesto o ser víctima de cualquier tipo de violencia o suceso traumático, junto a ciertos aspectos temperamentales, genéticos y contextuales, pueden afectar directamente en la salud mental. 

Recientemente hemos sido testigos y protagonistas de una etapa traumática durante 2020 y 2021, como ha sido la pandemia del coronavirus SRAS-CoV-2. Este suceso ha incrementado las cifras en cuanto a población afectada por problemas de salud mental, incluidos los más jóvenes. Las consecuencias directas que ha precipitado este período, las restricciones asociadas, la pérdida de relación interpersonal con iguales, el aislamiento social y la ausencia de contacto escolar y extraescolar con sus apoyos amortiguadores, son algunos de los factores que han dado lugar a una influencia directa en la salud mental de los más jóvenes.

Es por ello de gran importancia tener un plan preventivo y de cuidado para los adolescentes, ya que estas problemáticas ansiosas generan un elevado malestar y traen consigo dificultades en el día a día.

Prestemos atención a los síntomas de ansiedad.

Muchas veces la ansiedad es reconocible en los más jóvenes, pero en ocasiones no es tan sencillo de identificar, ya que en esos casos ni ellos mismos son conscientes.  Algunos síntomas son los siguientes:

  • Exceso de preocupación y miedo a diferentes situaciones del día a día.
  • Cambios notables en su comportamiento, en ocasiones acompañado de mal humor.  
  • Uso excesivo de redes sociales y frustración derivada de ellas.
  • Tendencia a evitar determinadas tareas, actividades educativas, o situaciones sociales.
  • Bajas calificaciones en el colegio, evitar asistir.
  • Dificultades para conciliar el sueño y para concentrarse.
  • Uso de sustancias u otros comportamientos de riesgo.
  • Algunas quejas sobre problemas físicos, como dolor de cabeza, problemas de estómago o cansancio.

Si sientes que por estos u otros motivos estás teniendo dificultades en tu día a día que no te permiten gozar de un estado de bienestar adecuado, no dudes en pedir ayuda, desde la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción estaremos encantados de ayudarte. 

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