La importancia de los modelos de comunicación en el ámbito familiar
Uno de los pilares básicos para el desarrollo del niño dentro de un bienestar y una seguridad, es el establecimiento de un vínculo sano con sus principales figuras de apego , en este caso sus padres. Para esto, es importante saber educar desde el respeto y tener en cuenta que, aunque seamos nosotros los que tomemos decisiones sobre nuestros hijos, ellos pueden discrepar y manifestarlo en forma de tristeza o enfado, lo que no quiere decir que tengamos que cambiar nuestra decisión.
Con todo esto nos encontramos que, a menudo, es difícil mantener el color gris dentro de la educación a nuestros hijos, es decir, nos resulta difícil poner límites sin ser muy autoritarios o demasiado permisivos.
Una de las claves para mantenernos en una posición media dentro de estos extremos es la validación de las emociones , la conexión con la emoción del pequeño, aunque nosotros no sintamos lo mismo.
Esto, a simple vista, parece una tarea fácil, aunque no lo es tanto para una sociedad en la que lo mejor es esconder las emociones, y sobre todo aquellas que son más desagradables como la tristeza o el enfado: “No llores que no pasa nada” “Llorar es de débiles” “ Vaya cara , sonríe un poco”… Estamos continuamente escuchando frases de este tipo y no paramos a preguntarnos si quiera cómo nos sentimos nosotros. Esto nos hace la tarea de conectar con las emociones de nuestros hijos mucho más difícil.
Por ello, estos son algunos de los pasos a seguir para lograr ese vínculo sano con nuestro pequeño , algo que construimos cuando tomamos decisiones respecto a sus emociones y a las nuestras propias.
- Primero tienes que conectar contigo mismo para después conectar con tu hij@.Párate una vez al día y pregúntate cómo te sientes tú , ponle nombre a la emoción y acéptala. Permítete llorar si te sientes muy triste o dar un paseo por el campo y pegar un par de gritos si estás muy enfadado.
- Observa tu cuerpo , él te indica cómo estás y esto te dará un tiempo para identificar tus emociones y al hacerte consciente de ellas aprender a regularlas. Hay técnicas muy interesantes de relajación ( Relajación progresiva de Jacobson para adultos, relajación de Koeppen para niños ) las cuales puedes practicar con tu hijo y así daros un pequeño espacio para el autocuidado.
- Tómate un respiro , es decir, piensa en alguna actividad que dentro del ritmo de vida que llevamos te permita relajarte y no sea muy duradera (30 minutos): Un baño caliente, leer un poco… Te resultará más fácil comprender qué siente tu hijo si lo haces desde un lugar tranquilo, los niños son muy sensibles a nuestras emociones y, al ser seres sociales, existe el contagio emocional si tú hablas con un tono tranquilo y calmado conducirás a tu pequeño a un estado de relajación desde el cual podréis comunicaros con mucha más fluidez.
Una vez hemos conectado con nosotros mismos, será más fácil poder adoptar un estilo comunicativo emocional con nuestro hijo. ¿En qué se caracteriza? Es un estilo respetuoso con su vida emocional, intentando comprender, validar y respetar los estados emocionales del niño ya que, como ser humano que está creciendo, entendemos que aún está aprendiendo a gestionar todas las emociones que va sintiendo en su desarrollo. A continuación, con la ayuda de un ejemplo práctico : Piensa en una situación cotidiana como por ejemplo el momento en que “tu pequeño tiene que recoger los juguetes e irse a la ducha y le da por tirarse al suelo modo berrinche y negación”:
1º No te lo tomes como algo personal y conecta contigo mismo: lo que solemos pensar es que el niño va en contra siempre de lo que le pides, no es así, está enfadado porque obviamente no es igual de divertido jugar que irse a la ducha, sabiendo por supuesto que luego va la cena y después a dormir. Tu enfado proviene de la frustración que te supone aceptar esto suceda. Esa emoción es tuya, no hay que dársela a tu hijo.
2º Conecta con su emoción : En una posición en la que tengas posibilidad de tener contacto visua l con tu pequeño, háblale en un tono suave “Entiendo que estás enfadado ya que te estas divirtiendo mucho con tus juguetes y no quieres parar.”
3º Valida su emoción : Es normal lo que siente y tiene derecho a sentirse así, aunque hemos de distinguir el sentir (la emoción) del hacer, siguiendo con el ejemplo anterior: “…, pero ya es tarde y hemos de descansar para poder darlo todo en el cole mañana”, “¿Quieres que recojamos los juguetes juntos?, ¿Quieres que mamá/papá te ayude a algo?”. Es decir, no vamos a dejar que en medio de una rabieta nuestro hijo comience a tirar los juguetes por los aires.
4º Explicar lo que vais a hacer y ofrecer una alternativa apetecible : Por ejemplo, ayudar a mamá a hacer la cena, o ducharse con su música favorita y algún juguete que le guste. Para conectar con nuestro hijo también nos ayuda seguir sus intereses, si, por ejemplo, le encantan los dinosaurios podemos invitarle a jugar con ellos dentro de la ducha, poniendo un límite de tiempo que le quede claro por ejemplo con una alarma.
5º Practícalo en diferentes situaciones y disfruta de los tiempos con tu pequeño.
El resultado de todo este proceso es un niño que se siente querido, aceptado, seguro y por tanto con una gran autoestima , lo que acompañará en su desarrollo a un establecimiento de relaciones sociales saludables y con mayor probabilidad, se forjará un adulto mentalmente sano y competente.
Si sientes que necesitas ayuda para adoptar poder proporcionar bienestar psicológico a tus hijos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros/as al 918 261 784. Desde la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción de España estamos encantados de ayudarte.