¿Sabemos atender y entender nuestras emociones?
Actualmente vemos que en nuestra sociedad hay una búsqueda generalizada de felicidad y bienestar , ya que estos son estados de plenitud. No obstante, hemos caído en el error de emplear estrategias que ocultan nuestras emociones desagradables como medio para conseguirlo. De esta forma tendemos a bloquearlas y nos privamos de sentirlas y no nos damos la posibilidad de conocernos y de tomar medidas para regular dichas emociones. Pero, si no sabemos qué está mal, no sabremos qué hacer con ello ni el impacto real de aquello que lo está provocando.
Para promover una vida emocional de felicidad y bienestar, saludable, lo ideal es: permitir sentir nuestras emociones, prestar atención a las señales emocionales e identificar los desencadenantes (por qué esto me resulta desagradable). Si tenemos esto, podremos estar más cerca de saber qué medidas tomar al respecto.
Siguiendo el modelo de Gonzalo Hervás, seguiremos el siguiente proceso:
En el momento en que interpretamos una situación, le añadimos una etiqueta emocional. Para que esta reacción emocional sea procesada adecuadamente tenemos que:
- Tener acceso consciente a nuestras emociones (apertura emocional).
- Prestar atención a nuestra emoción, y ponerle su nombre adecuado , y de forma clara. ¿Qué estoy sintiendo? ¿Seguro que es esa emoción y no hay detrás otra? ¿Me cuadra este nombre con lo que siento?
- Aceptarla (acogerla) . Consiste en no juzgar ni bloquear nuestra emoción negativamente ya que aparece para indicarnos lo que le está pasando a nuestro cuerpo o mente. Podremos dialogar sobre cómo de adecuada es la actuación ante esa emoción ( regulación emocional ) , pero no criticar la emoción en sí. Hemos de saber, que las emociones no son buenas o malas, sino útiles, ya que nos dan informaciones de que algo sucede. Por ello, la mejor manera de gestionarlas es mediante la apertura, y no rechazo.
- Si no hemos rechazado la emoción, podremos analizarla . Tenemos que reflexionar y entender el significado y las implicaciones de nuestras emociones, en vez de evitarlas porque no me resulta agradable (evitación). ¿Qué me está diciendo mi emoción? ¿Es una falsa alarma o adecuada ?
- Por último, la regulación emocional consiste en modular nuestras respuestas emocionales a través de diferentes estrategias emocionales, cognitivas o conductuales que me permitan dar respuesta al origen de la emoción a parte de a la emoción en sí..
Para identificar de forma clara nuestras emociones podemos utilizar la ruleta creada Gloria Wilcox .
Si siento enfado, por ejemplo, ¿por qué estoy enfadada? ¿Qué tipo de enfado es: herido, amenazado…? ¿Realmente es el enfado la emoción inicial? ¿o era tristeza?. Necesitamos vocabulario emocional para poder hablar sobre nuestras emociones, por lo que es muy útil echarle un vistazo a la ruleta.
Partiendo de las emociones primarias o básicas (tristeza, alegría, ira, miedo, asco y sorpresa), podremos indagar en cuál es el mensaje más exacto (emoción secundaria o compleja) de todos los que nos puede decir dicha emoción y darle un mayor sentido a lo que nos está sucediendo en ese momento. Si hacemos este análisis, incluiremos los pensamientos y acciones , dando un sentido más completo a la situación, y pudiendo así ver qué podemos hacer para regularnos.
Un ejemplo que puede ayudarte a clarificar el proceso: podemos sentir un dolor intenso por un comentario de un amigo cercano. Este dolor nos despierta una emoción secundario de enfado, ya que consideramos que este amigo no tenía derecho a hacernos semejante daño. Una vez aceptado y analizado este estado emocional, podremos tomar acciones y regular de la mejor manera posible como, por ejemplo, poniendo límites, sincerándonos o decidiendo cortar una relación, por ejemplo.
Si sientes que te gustaría aprender más formas de potenciar tu emociones y/o regularlas o aprender maneras de afrontar las situaciones, no dudes en ponerte en contacto con nosotros/as en el 918 261 784. Desde la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción de España estamos encantados de ayudarte.
