Psicoeducación emocional

Psicoeducación emocional

¿Qué son las emociones?

Las emociones son estados afectivos que experimentamos. Se trata de una serie de reacciones que se desencadenan en nosotros ante situaciones relevantes. Esas reacciones se producen tanto ante acontecimientos internos como externos y no podemos controlarlas, pero podemos aprender a gestionar cómo nos afectan, a regularlas. Además, nos aportan dos tipos de experiencias: agradables y desagradables. No hablamos de positivo y negativo, porque TODAS nos aportan algo, aunque algunas nos resulten más desagradables que otras.

Las emociones nos preparan para la acción, nos dan información sobre lo que ocurre en una determinada situación. Además, nos motivan,  nos sirven para comunicarnos con los demás y son fundamentalmente adaptativas.

La psicoeducación emocional es el proceso de aprender a comprender, gestionar y expresar nuestras emociones de manera saludable. No solo implica identificar cómo nos sentimos, sino también desarrollar herramientas para regular nuestras emociones y tomar decisiones. Esto es importante porque las emociones influyen en todo lo que hacemos: nuestras relaciones, decisiones y nuestros desafíos diarios. Sin educación emocional, corremos el riesgo de ser dominados por nuestras emociones, lo que puede afectar a nuestra salud mental y física.

Un buen punto de partida para la psicoeducación emocional es prestar atención a las señales de nuestro cuerpo. Por ejemplo, tensión en el pecho o un nudo en el estómago suelen ser indicadores de emociones como ansiedad o miedo.

Desarrollar un buen vocabulario emocional es también muy útil. Muchas veces decimos «estoy mal» o «estoy bien», pero detrás de esas palabras puede haber emociones como tristeza, ira o alegría. Para tener un vocabulario emocional más amplio podemos usar la rueda de las emociones. En ella encontramos el nombre de las emociones que podemos experimentar desde las emociones denominadas básicas hasta otras más complejas.

Las emociones que consideramos básicas son 6: El miedo, la sorpresa, la felicidad, la tristeza, el asco y la ira. Estas emociones las tenemos desde que nacemos y son simples, necesarias para el funcionamiento humano y la supervivencia. Además de estas vamos generando emociones más complejas o secundarias que no están relacionadas necesariamente con una respuesta adaptativa. Son aprendidas y surgen a partir de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

El proceso de regulación emocional tiene varias etapas

  • En primer lugar, consideramos la apertura emocional. Consiste en permitir a tu cuerpo sentir esas emociones. Lo que queremos conseguir es acceso emocional a las emociones, detectar cambios en lo que sentimos y percibir esas emociones de manera adecuada, abriéndonos a esa experiencia sea agradable o desagradable.
  • Después consideramos la atención emocional, que es prestar atención a los cambios que surgen en tu cuerpo. Es muy importante localizar la emoción físicamente.
  • A continuación, pasamos a la fase de etiquetación emocional, que consiste en ponerle nombre a la emoción. En esta fase podríamos utilizar la rueda de las emociones que mencionábamos antes.
  • Tras poner nombre a la emoción pasamos a la aceptación emocional. En este momento se trata de aceptar y permitirnos tener esa emoción, “es normal sentirme así”.
  • A continuación, pasamos al análisis emocional. Aquí se trata de analizar de dónde viene mi emoción, su función y su mensaje. En este momento determino si es una falsa alarma o no. Un ejemplo de falsa alarma sería sentir la emoción de culpa, pero no por ello ser culpable de algo. Por ello, tengo que analizar bien mi emoción y la situación que la desencadena.
  • Finalmente llegaríamos a la regulación emocional que consistiría en percibir mis emociones sin dejar que me arrollen. Esto se haría tras haber realizado todo el proceso anterior.

Para trabajar en tu inteligencia emocional, primero, no te juzgues por no saberlo todo. Cuando somos pequeños nadie nos enseña a regular nuestras emociones ni nos dan un vocabulario tan extenso sobre ellas. La educación emocional no se enseña en muchos lugares, y empezar a aprender más sobre ello, ya es un paso enorme.

Dedica unos minutos al día a reflexionar sobre cómo te sientes, por qué te sientes así y qué puedes hacer al respecto. Y si necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros/as en el 918 261 784. Desde la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción de España estaremos encantados de ayudarte.

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