El duelo en la actualidad digital que vivimos

Vivir eternamente ha sido un anhelo imposible del ser humano. Hoy, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, se abren puertas a la continuidad de la vida a través de diferentes espacios virtuales, donde la realidad se confunde con la ficción. ¿Hasta qué punto la robótica, la inteligencia artificial y la tecnología ayudan a resolver los procesos de duelo?

Pongamos como ejemplo los conciertos de música en donde aparecen artistas y personas famosas fallecidas y homenajeadas mediante hologramas como el Hologram Tur de Roy Orbison. Hoy se puede hacer un concierto en directo sobreponiendo un holograma de una actuación del artista fallecido en tiempo real. Incluso se puede sobreponer la imagen del artista fallecido con la Inteligencia Artificial (IA) sobre un bailarín o actor, lo que permitirá incluso que el público interactúe con el artista. Es muy posible que pronto podamos asistir a un concierto de los Beatles cantando incluso canciones nuevas. ¿Sustituye el holograma al fallecido? ¿Esta situación ayuda a transitar el duelo o conlleva a duelos eternizados y que no se cierran al crear personas inmortales con las que podemos seguir interactuando en vida? Vivimos en un momento de la historia que, como psicólogos, quizás sea necesario analizar el impacto de las nuevas tecnologías en la elaboración del duelo de nuestros pacientes.

¿Quién quiere vivir y ser recordado para siempre? Hay páginas web que cumplen la función de cementerios virtuales como The Memorial. Es una manera de mantener con vida a nuestros seres queridos a través del memorial en línea, para eternizar su esencia. En estos espacios, se permiten a familiares y amigos compartir recuerdos, dejar mensajes, gestionar cuentas de redes sociales del fallecido, compartir con códigos QR el memorial (similar a lapidas o urnas), etc. ¿Esta manera de eternizar al muerto facilita o no el cierre del duelo?

Otra manera de “eternizar” la vida del fallecido es el enterramiento espacial que, por ejemplo, realiza desde hace años la empresa Celestis. Esta organización envía al espacio cápsulas pequeñas con restos incinerados del fallecido sin posibilidad de descomponerse para que perduren en el espacio durante miles de años, una eternidad…

Episodios de series televisivas como “Black Mirror” nos muestran como la creación de “bots” o robots de diferentes tipos, desde caninos hasta la Inteligencia Artificial (IA) integrada en la sociedad, han impactado en la vida. Episodios como el de “Be Right Back” de esta serie, explora la idea de recrear familiares fallecidos digitalmente. La IA permite simular la personalidad del marido fallecido en base a toda la información digital que se tiene sobre él. La búsqueda de la inmortalidad digital puede resultar peligroso y confundir realidad con ficción. El impacto de la tecnología y la relación entre la IA y la humanidad, son puntos centrales de la serie que, en nuestro caso, nos interesa para abordar el duelo, la adicción tecnológica y el cuestionamiento de la identidad personal.

¿Y qué hay con los perfiles sociales de los fallecidos? Hay más de 30 millones de perfiles en Facebook que pertenecen a personas que han muerto. Para el año 2100, Facebook será el cementerio más grande del mundo y será digital. Ya se plantea la necesidad de dejar un contacto de legado o testamento digital para cuando mueres. ¿Quién se encarga de nuestras redes sociales, blogs, audios en WhatsApp, contenidos de tuits, documentos en la nube y/o fotos digitales cuando no estemos vivos? El legado digital es algo que hay que gestionar en la actualidad.

Hay empresas como Proyecto Diciembre que ofrecen la posibilidad de tener conversaciones con fallecidos. Se facilitan datos del familiar muerto sobre: su personalidad, palabras o frases que solía usar, gustos, formas de hablar… Y a través de la IA, se crea una personalidad idéntica a la del fallecido, para poder tener una conversación online con él. Hay otras empresas como Bioquark con el proyecto Reanima que, desde el año 2016 experimentan con un tratamiento para devolver a la vida a personas declaradas clínicamente muertas. El objetivo es revivir parte de su cerebro mediante la inyección de células madre en la médula espinal. También existen empresas americanas y rusas que ofrecen la posibilidad de criogenizar el cuerpo con la esperanza de resucitar en el futuro. El fundador de PayPal, Peter Thiel confesó que pretendía vivir eternamente y de ahí sus inversiones multimillonarias en desarrollo biotecnológico para tal fin. Quiere ser criogenizado para en un futuro ser revivido a través de la compañía biotecnológica Alcor.

En el año 2018, salió en prensa la noticia de que una pareja de británicos, sin consentimiento de su hijo fallecido en un accidente de moto a los 26 años, se le extrajo semen dos días después de fallecer. Se congeló el semen y fue llevado hasta Estados Unidos, donde la donación de óvulos, alquiler de vientres subrogados y selección de género del bebé es legal para poder tener un nieto. ¿Pretendían reproducir al hijo fallecido? ¿Sugiere esto negar la muerte del hijo fallecido? ¿Cómo afecta al duelo este tipo de situaciones?

El futuro ya no es lo que era. Hoy, vivimos en una realidad tecnológica en donde el concepto de vida y muerte está cambiando y los procesos de duelo conllevarán a la aparición de nuevos esquemas cognitivos. ¿Cómo afectarán estas prácticas que pretenden preservar la vida más allá de la muerte, comunicarse e interactuar con personas fallecidas a la gestión del duelo? Aun así, estas experiencias todavía no pueden evitar lo inevitable, todo lo que está vivo, antes o después, termina por morir, y debemos estar preparados para ello. Mientras tanto, los psicólogos, tendremos que analizar esta nueva realidad para poder adaptarnos a ella.

Si necesitas apoyo para la gestión de un duelo, no dudes en contactarnos. En ANPSA te ayudamos.

Compartir:

Noticias relacionadas

Enviar WhatsApp
¿Necesitas ayuda?
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?
He leído y acepto la política de privacidad.