La sociedad vive en un continuo movimiento generalmente, aunque existen sectores que los movimientos son reducidos como, por ejemplo, la ganadería, la agricultura, etc.
Centrándonos en la mayoría de la población de la sociedad, en las ciudades donde se concentra gran población, existe un gran movimiento–competencia entre sus individuos donde el individuo tiene que salvar obstáculos, resolver los conflictos para sobrevivir y situarse en una posición digna en esta sociedad.
La existencia de estos conflictos y obstáculos se aboca en un progreso, es decir, si no existiera la competencia y los conflictos entre los individuos de la sociedad, no se progresaría. Pues al querer superar cada individuo a su competidor normalmente avanza en actividad que compite y siempre se suele o se debe estar en continuo movimiento.
La armonía estable evita el progreso de la sociedad.
A titulo de ejemplo, un campesino que cuida de sus tierras y vive en continua armonía con la naturaleza no progresa por no estar integrado en la competencia de la sociedad. Podemos estar en armonía en algunos momentos del día, porque es necesario para el descanso mental. Pero una armonía continua o diaria paraliza el progreso de la sociedad y de uno mismo. Por ello los conflictos y obstáculos que nos presenta la sociedad son necesarios para avanzar y progresar.
Como resumen no se trata de tener una armonía continua sino tener un balance en el movimiento de la citada sociedad. Para mantener este balance se debe de realizar pequeños pasos, lo que alimentará el progreso individual y consecuentemente el colectivo.