Cuestión de actitud

La actitud nos define, define como somos, nuestra manera de ser y cómo nos ven las demás personas, ¿Cómo te gustaría ser?

El día a día puede ser un estresor constante: me levanto, me ducho en 5 minutos, desayuno y me arreglo rápido mientras pienso en lo que tengo que hacer, salgo, camino deprisa, transporte, trabajo/clases… En definitiva, estrés, estrés y más estrés. ¿Te identificas con esto?

Esta manera de discurrir atropelladamente por la vida genera ciertos efectos. ¿En algún momento de todo este proceso disfrutas realmente del aquí y ahora y de lo que ocurre a tu alrededor? ¿Has sentido placer simplemente por ser en algún momento? ¿Has disfrutado durante tu jornada laboral/lectiva? o ¿Pasas el día deseando llegar a casa? Quizá tengas una respuesta para esto: “Pero si yo cuando doy un paseo por el barrio disfruto hasta de ver a los abuelitos cogidos del brazo o del cantar de los pájaros…“

“¡Este/a no soy yo!”

Paralelamente a esta dinámica te contagias de otro virus: el desánimo social, esa sensación en la que se nos quita la alegría y la sonrisa, que cambia nuestra actitud. La lucha contra el desánimo se gana a través de pequeñas cosas. La actitud se manifiesta a partir de los pequeños gestos, a través del esfuerzo diario y de la decisión que tomo sobre cómo me afecta lo que ocurre a mi alrededor.

¡Siéntete capaz!

Seguro que te ha pasado que a lo largo del día ha habido al menos una cosa que no te ha gustado y te ha cambiado el ánimo.

Tomar una actitud positiva ante las situaciones difíciles o incómodas muchas veces pasa por decidir de forma consciente cómo quieres que te afecten los hechos. Por ejemplo: según bajas de casa pisas la caca del perro de un vecino. Tienes dos opciones: 1) enfadarte y permitirte estar cabreado durante un largo rato o 2) enfadarte para después reírte de la casualidad y decidir tener un buen día porque no es tan importante para ti. Es una cuestión de perspectiva. Desde luego, en el momento en que ocurre vas a sentirte enfadado o molesto por lo que te ha sucedido, pero después sólo tú tienes la llave para decidir permanecer en esa actitud de malestar o aceptar lo que ha pasado para dar acceso a otras situaciones que te puedan hacer sentir bien desde una actitud positiva.

Reflexiona un momento:

¿Son tan importantes los pequeños inconvenientes del día a día como para condicionar tu día con ese desánimo?

Probablemente la respuesta sea “no”. Entonces, si para ti es más agradable estar alegre y disfrutar de las pequeñas cosas, merece la pena tomar una actitud positiva de manera consciente analiza las situaciones desde otro baremo.

Herramientas para trabajar la actitud positiva :

  • Acepta tu realidad. Puede que tu situación actual no sea la que más deseas, pero si la aceptas tal y como es vas a poder utilizar tus recursos para ir modificándolo poquito a poco. Todo requiere su esfuerzo y la recompensa es grata.
  • Tus objetivos pueden ser grandes, pero hay que dividirlos en segmentos más pequeños. Ponte metas que puedas alcanzar e irás viendo los progresos.
  • Busca la manera de sacar el lado positivo de las cosas que no te gustan: has pisado una caca, pero ¡lo que te has reído no te lo quita nadie! y así limpias las zapatillas que falta les hacía.
  • Relativiza los problemas: ¡que todo lo malo que me pase sea que he pisado una caca o que alguien no me ha devuelto unos “buenos días”! Si tu jefe te ha hablado mal puedes encontrar alternativas: No significa necesariamente que no le gustes, puede ser porque tenga un mal día, porque tenga mucha presión… Quizá ni se ha dado cuenta y lo mejor de todo es que ¡Se puede solucionar! Si te han hecho una crítica no te quedes con lo que has hecho mal sino con que has ganado la oportunidad de aprender a hacerlo mejor. Por cada cosa que te no te haya gustado busca dos que sí lo hayan hecho.
  • Agradece las pequeñas cosas que te hacen sentir bien. Normalmente vivimos muchas más situaciones positivas que negativas, pero tendemos a engancharnos a las últimas. ¡Cambia el peso que tienen en tu vida! ¿Por qué valoramos que una persona no nos ha devuelto los buenos días y no valoramos que todas las demás sí lo han hecho?
  • Valora lo que tienes. Si tienes recursos para satisfacer tus necesidades y sobre todo personas cerca que te quieren y a quienes quieres… ¡Tienes todo lo que necesitas! Lo demás es accesorio. Cuando echas la vista atrás y piensas en el pasado no recuerdas las cosas que tenías sino cómo te sentías en aquellos momentos y con aquellas personas. Aprovecha tu presente, a tus familiares y amigos como si fuera tu último día cuando mires atrás en el futuro seguirás pudiendo sonreír.
  • Focaliza tu atención en lo que quieres conseguir A partir de tus propias oportunidades trata de imaginar que lo consigues y cómo lo haces Ese es el primer paso para que se haga realidad. De igual manera pensar que no vas a ser capaz de algo es el primer paso para no conseguirlo.
  • Todos los cambios producen cierto miedo, es normal. Trata de aprovechar este miedo para poner los pies en la tierra y analizar la situación antes de actuar, pero no permitas que el miedo se apodere de ti.
  • Sé educado, piensa en los demás y demuéstrales tu afecto, es un espejo donde siempre te va a gustar mirarte.
  • Evalúa las situaciones de una manera consciente y no les des más importancia de la que merecen. Recuerda: lo importante no es el problema sino cómo te afecta, ¡estás de suerte porque… ¡eso lo decides tú!

Actualmente vivimos un proceso de cambio que puede generarnos sentimientos de desánimo. Te propongo que utilices algunas de estas estrategias para cambiar tu actitud y vivir de una manera más alegre en la que puedas disfrutar genuinamente de las pequeñas cosas, valorar lo que tienes, tus seres queridos y todo lo que nos queda por vivir. Recuerda buscar los aspectos positivos de la situación.

Te invito a que afrontes esta situación como un proceso de cambio del que puedes aprender muchas cosas positivas como conocerte mejor, valorar tus prioridades, apreciar el contacto, el trabajo de los demás, el tuyo propio, la libertad de salir a la calle y respirar aire fresco, pero también el bienestar de estar en casa con los tuyos, a perder el miedo a lo imprevisible, quererte y querer todos los días y ganar seguridad en ti mismo.

Comparto contigo un vídeo sobre la actitud que siempre es inspirador: El efecto bombilla.

¡Gracias por tu atención!

Si consideras que tienes problemas para gestionar tu estado de ánimo y necesitas ayuda no dudes en ponerte en contacto con nosotros/as en el 918 261 784. Desde la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción de España estamos encantados de ayudarte.

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