Actualmente, los videojuegos son una de las formas más populares de entretenimiento tanto para niños como para adultos, que ha supuesto un nuevo tema del que hablar. No solo por los grandes dilemas respecto a su influencia en las conductas de la sociedad, sino también en el aprendizaje de los niños y adolescentes, tanto para bien como para mal. Además, cuentan con una gran accesibilidad, puesto que muchos ya se encuentran disponibles de manera gratuita en los dispositivos móviles o tablets.
Siempre hemos escuchado tanto por parte de padres como de profesores o medios de comunicación la asociación entre los videojuegos y las conductas agresivas o disruptivas, así como trastornos de sueño e hiperactividad. Sin embargo, también encontramos grandes beneficios dentro de los videojuegos.
Jugar videojuegos, especialmente aquellos de estrategia, puzles o acertijos, puede mejorar habilidades relacionadas con la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la toma de decisiones. Otros juegos, como los de acción, están vinculados al aumento de la atención selectiva y la coordinación mano-ojo. Además, encontramos los famosos juegos en línea, que ofrecen oportunidades para la interacción social, el trabajo cooperativo y la competición con personas de diferentes partes del mundo. Estas experiencias pueden fortalecer habilidades de comunicación y la empatía.
Por otro lado, también encontramos que los videojuegos pueden actuar como una vía de escape del estrés diario, proporcionando experiencias que ayudan a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Videojuegos con una dinámica más tranquila que se utilizan para la relajación, y que en general, suelen tener alguna herramienta de creación, que permiten a los jugadores diseñar y construir sus propios escenarios o historias, estimulando la imaginación y la creatividad.
Cabe destacar que algunos videojuegos se han diseñado con fines terapéuticos, para tratar condiciones como la depresión, el trastorno de ansiedad o fobias específicas.
Como ya se ha comentado, no todo es positivo. Los videojuegos también presentan riesgos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud, pasando desde la adicción y el aislamiento hasta el impacto en la salud y en el rendimiento académico y/o laboral.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el trastorno por videojuegos como un fenómeno real, caracterizado por una pérdida de control sobre el tiempo de juego y el impacto negativo en otras áreas de la vida. Entre este impacto negativo encontramos el aislamiento social, y aunque anteriormente se ha destacado como favorable que ciertos videojuegos pueden promover la conexión social, también se puntualiza que un uso excesivo puede llevar al aislamiento y la reducción de interacciones cara a cara. Así como una distorsión de la realidad, especialmente en aquellos juegos que contienen violencia, lenguaje inapropiado o temáticas adultas, que no resultan adecuadas para todos los jugadores, especialmente niños y adolescentes.
El uso excesivo de los videojuegos puede interferir además en la salud física y el rendimiento académico y/o laboral de los jugadores. Largas horas de juego asociadas al sedentarismo pueden contribuir a problemas musculares, fatiga ocular y obesidad. Además, una mala administración del tiempo junto a las largas horas de uso puede interferir con las responsabilidades académicas o profesionales, teniendo un impacto negativo sobre los resultados académico-laborales.
Por ello, resulta de vital importancia, encontrar un equilibrio para maximizar los beneficios mientras se minimizan los riesgos, y en ocasiones, especialmente con los más pequeños, se hará imprescindible la supervisión de un adulto responsable. Algunas medidas que podemos tomar para fomentar el uso saludable de los videojuegos son:
- Establecer límites de tiempo. Fijar horarios para evitar el uso excesivo y garantizar que el resto de las responsabilidades puedan llevarse a cabo.
- Elegir videojuegos adecuados. Optar por videojuegos que promuevan habilidades cognitivas, sociales o creativas y conlleven un aprendizaje para proporcionar una experiencia enriquecedora.
- Promover la actividad física y social. Equilibrar entre tiempo de juego y actividades al aire libre, ejercicio físico y relaciones cara a cara.
Es importante tener estas consideraciones en cuenta, ya que los videojuegos resultan una poderosa herramienta de entretenimiento y aprendizaje que puede influir en nuestra mente y nuestro desarrollo. Fomentar un uso equilibrado resulta clave para transformar este entretenimiento en una oportunidad de desarrollo personal y social.

Recuerda: el equilibrio es la clave. Si crees que los videojuegos están interfiriendo en tu bienestar o en el de alguien cercano, no dudes en buscar ayuda. Puedes llamarnos al 918 261 784. En la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción de España estamos para acompañarte.